viernes, 17 de agosto de 2012

Agenda de cuero

Lo que más destaco de esta agenda, además de haber usado por primera vez el método de elástico para ajustar la agenda (que vale decir lo investigué y preparé solo), es por un lado imaginarla por completo con quien la va a usar y así poder ponerle todos los detalles que se quiere (es una de las cosas que me gusta de regalarle “producciones” a Albi) y por otro lado haber usado una técnica de papel en el cuero.



¿Qué es esto? Una de las primeras cosas que hice fue usar el papel que forra las tapas como contorno de una foto o de la tapa de un libro restaurado; como una especie de ventana. Ahora al hacerlo con cuero surgen cuestiones propias del material. Si se observa con cuidado se va a poder distinguir el relieve del cuero dejando al dibujo en otra superficie.



Algunos detalles

Porta cuaderno tamaño A4


Aquí les presento algo nuevo, un portacuaderno de cuero. Éste trabajo tiene varias características que me gusta, como que sea todo de cuero en vez de preparar tapas de cartón y después forrarlas con el material, la técnica de grabado y el teñido. Al trabajar directamente con el cuero se debe ser más cuidadoso y no se pueden hacer marcas en el reverso porque también va a ser visible, además no aparecen las imperfecciones de las puntas que se dan cuando se forran las tapas y son imposibles de evitar. El dibujo no fue grabado a presión con un molde como en los casos anteriore, sino que se uso una técnica llamada pirograbado, que consiste en hacer el dibujo mediante una mecha caliente que va quemando el cuero; empecé con un diseño sencillo pero con esta técnica se puede hasta hacer un texto. En el trabajo de tintura apliqué una variante a lo que venía haciendo hasta ahora; en vez de crear el color en un frasco mezclando los distintos tonos, apliqué los colores directamente sobre el cuero y en él se fue creando el definitivo. Si bien es más trabajoso tiene varias ventajas como ser obtener distintas intensidades y poder ir viendo como queda; en este sentido quería comentarles que cuando creí que había terminado lo miramos (con Sabrina, mi profesora del taller) y había algo que no nos cerraba pero no entendía que era y ella dijo “le falta un toque de amarillo”. Nunca pensé que ese color le iba a dar lo que le faltaba, LUZ