Trabajando este libro, más allá de todo lo que implica la reconstrucción y los preparativos que se le deben hacer a las hojas para poder volver a cocerlas, empecé a prestarle cada vez más atención a los cantos. El color medio rojizo que tienen me pareció un detalle muy lindo y una pena refilarlo para dejarlo prolijo, pero perdiendo ese tach que tiene.
De esta forma se van a apreciar algunas imperfecciones, puesto que las hojas no terminan al mismo nivel, pero a su vez le da un aspecto más rústico; lo que combinado con el detalle del color del canto y las hojas rústicas de las ediciones “Tor” da una composición de armonía.
Para las tapas elegí un papel color bordó y completamente liso por dos motivos: primero para darle un aspecto sobrio de exterior (ya que no había tapas que se pueda recuperar) y así serviría de muestra para otro tipo de encuadernaciones y por otro lado para poder compararlo con otro trabajo que estoy preparando que va a ser un formato parecido pero utilizando cuereina en lugar de papel… ya veremos como quedan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario