Al recompaginar y encuadernación de este diccionario, que
por suerte tenía todas las “piezas” no se pudo trabajar como en otras ocasiones
(terminando de desarmarlo para luego rearmarlo) porque las hojas estaban muy
dañadas y no lo iban a soportar.
Por lo tanto se tuvo que preparar como tomos para luego
unirlos y en ocasiones hubo que unir hojas suelas a los tomos de maneras
tradicionales.
El trabajo de las tapas fue bastante sobrio para mantener la
imagen rígida y formal de las publicaciones viejas. Se eligió una cuerina verde
que cumpla con dichas características similar a la que podría tener un
diccionario de esa época.
Por último quería mencionar que se decidió no trabajar sobre
las hojas puesto que se privilegio el cuidado de las mismas a la prolijidad;
una buena terminación requiere que el interior sea bien recto. Tampoco se pudo
trabajar con el redondeado del lomo, también típico de otra época de
encuadernaciones por haber tenido que trabajar con los tomos ya armado, que
impidieron realizar esa técnica.